Fotos Generadas por IA: ¿Qué nos dice esto sobre la publicidad digital?

Junio, 2025

En los últimos meses, una tendencia curiosa ha comenzado a llamar la atención en redes sociales: personas mayores, especialmente la generación "boomer", están interactuando con imágenes generadas por inteligencia artificial (IA) en redes sociales, especialmente Facebook, como si estas fueran completamente reales.

El fenómeno, no solo evidencia una brecha digital generacional, sino que nos obliga a replantear cómo se construye la confianza y la autenticidad en redes e internet en la era de la inteligencia artificial y, por ende, como puede esta realidad impactar en la publicidad y en la forma en la que las marcas se comunican online. 


La nueva estética digital: cuando lo artificial parece real


Ya es habitual saber que miles de imágenes generadas por inteligencia artificial circulan por todas las redes sociales, recibiendo interacciones masivas. Hasta aquí todo bien. El problema comienza cuando dentro de estas interacciones masivas, los usuarios más activos son los usuarios mayores, quienes, a pesar de que dichas imágenes tienen señales obvias de ser falsas, son percibidas como auténticas por especialmente por ciertas generaciones.  


Pero… ¿Qué implica esto para los anunciantes?


Entre otras cosas, un entorno donde las imágenes creadas por algoritmos se consumen sin cuestionamiento abre una nueva frontera visual en la publicidad, ya que las marcas pueden explorar creaciones visuales altamente emocionales o nostálgicas generadas por IA para conectar con audiencias específicas, además de plantear dilemas éticos sobre manipulación y transparencia.

 

La percepción: un nuevo campo de batalla


A pesar de algunas de las imágenes generadas por IA llevan etiquetas claras o detalles visuales inusuales (manos mal dibujadas, proporciones extrañas…), a día de hoy, muchos usuarios no distinguen entre imágenes reales e imágenes generadas mediante inteligencia artificial. 


Esto evidencia una falta de alfabetización digital, especialmente en generaciones menos familiarizadas con la tecnología y no nativos digitales. 


Para el marketing digital, esto tiene dos significados principales: 


•    Nuevas oportunidades de segmentación: comprendiendo qué grupos generacionales son más susceptibles a ciertos tipos de contenido, y utilizando dicha información para optimizar campañas.


•    Responsabilidad social y ética: la utilización de la IA en campañas de marketing es totalmente lícita, pero debe hacerse con transparencia evitando, por todos los medios, erosionar la confianza del consumidor.


Además, las marcas que deseen usar IA generativa en ciertos contextos deben considerar, hasta qué punto es válido crear emociones con imágenes irreales o cómo informar al usuario de que ciertos contenidos no son reales. 


Educación digital e industria publicitaria


El hecho de que muchas personas no reconozcan que una imagen es artificial puede volverse un arma de doble filo en publicidad, si se abusa de ello. Este fenómeno expone una clara tarea pendiente: la alfabetización digital. 
Las marcas tienen, en este momento más que nunca, la oportunidad (y la responsabilidad) de fomentar la educación mediática, por ejemplo:


•    Etiquetando claramente el contenido generado por IA.


•    Promoviendo campañas que expliquen cómo se crean ciertos anuncios.


•    Colaborando con medios y plataformas para transparentar procesos creativos.


La facilidad con la que una imagen falsa puede pasar por real no solo tiene implicaciones culturales o sociales. También plantea un desafío estratégico en publicidad: la confianza es más frágil que nunca.


Y, en ese contexto, se abre una oportunidad de aprendizaje para la industria de la publicidad, destacando algunos principios clave que deberían guiar el uso de estas tecnologías:


•    La IA debe ser ante todo una herramienta para potenciar la creatividad, no para engañar.


•    Los creativos deben preguntarse: ¿estamos comunicando con honestidad o aprovechando la falta de conocimiento digital?


•    Los consumidores, incluso los más vulnerables digitalmente, merecen contenido responsable y respetuoso.


En un entorno saturado de imágenes sintéticas, recuperar la confianza del público exige un compromiso genuino con la ética, la educación y la creatividad consciente.

 

Conclusión


La viralización de imágenes de IA entre los boomers en Facebook no es solo una anécdota curiosa. Es una señal de cómo está cambiando nuestra relación con lo visual, la tecnología y la verdad. En un entorno donde lo artificial se confunde con lo real, el desafío para la publicidad no está solo en innovar, sino en mantener la autenticidad y la ética como valores centrales.


Las marcas que sepan equilibrar innovación tecnológica con respeto por el usuario construirán no solo campañas más efectivas, sino también relaciones más sólidas y duraderas.

 

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